Artículo realizado por José Carlos M. Robles, jurado del concurso «Abstracto» en Fomunity.

Con el nacimiento de la fotografía , las primeras intenciones y motivos fotográficos de los autores pioneros iban dirigidas fundamentalmente a retratar el natural y documentar o reproducir la realidad, objetos o sujetos diversos, entre los que el retrato y el arte figurativo cobró especial interés.

Por oposición, la exclusión del sujeto y la omisión de referencias figurativas, no despertaría la curiosidad o interés de los fotógrafos hasta comienzos del siglo XX. En 1951 el MOMA dedicó una exposición a la fotografía abstracta organizada por el fotógrafo Edward Steichen por entonces director del museo. Steichen decía que el término abstracción en relación con la fotografía exhibida era poco más que un cómodo asidero para etiquetar una amplia e inteligente gama de experimentación artística, así como los logros creativos conseguidos.

De lo concreto a lo abstracto

La intención deliberada de omitir las formas reconocibles y la figura humana producen ciertas sensaciones de confusión, misterio, sorpresa, inquietud e incluso incertidumbre en el espectador. La fusión, yuxtaposición o el simple uso de formas, texturas, líneas, ángulos y la exhibición de las partes frente al todo permiten al fotógrafo recrear un mundo visual que constituye todo un desafío emocional. El tránsito para el fotógrafo acomodado en la tradición más clásica puede no resultar sencillo o incluso irrelevante. Sin embargo, bien puede constituir una oportunidad sustancial para la liberación formal de las tenazas que muchas veces impiden progresar o explorar nuevas vías.

Explorar el entorno. La percepción visual.

La búsqueda de patrones, líneas, formas, colores, volúmenes y la transformación de la realidad merced a la intervención del autor requiere de un ejercicio sereno de exploración y la búsqueda de expresiones que agudicen la exploración del inquieto espectador. Frente a la certidumbre de lo figurativo, lo abstracto se presenta con ausencia de referencias al mundo visual conocido, representa las aspiraciones del artista por crear en lugar de reproducir, por trasladar lo imaginario en lugar de lo concreto y lo real, por esforzarse en construir un lenguaje simbólico, icónico, expresionista e incluso dramático.

Influencias pictóricas y fotógrafos vanguardistas

Las vanguardias artísticas que se desarrollaron a principios del S. XX  ejercieron sin duda un notable influjo en la fotografía. El rechazo al realismo, la figuración y la representación plástica tradicional produjeron un torrente de corrientes innovadoras y de notable impacto.

Pronto los fotógrafos comenzaron a explorar estas nuevas vías. Edward Weston, Imogen Cunningham, Aaron Siskind, Laszlo Moholy Nagy y un largo etcétera son autores que bien merecen una atenta mirada por su decida actitud por imprimir nuevos enfoques a la fotografía. La lista sería interminable.

En definitiva fotografiar la abstracción es apasionante y no requiere argumento ni justificación previa. Probablemente no se me ocurra un ejercicio más creativo y  desafiante, una suerte de reto para nuestra mente de recorrido tal vez vacilante, pero en todo caso con resultados que contribuyen a la supresión de barreras y límites autoimpuestos en nuestra cómoda zona de confort.

Texto: José Carlos M. Robles

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